[:es]La ocupación israelí llega esta noche a España en prime time[:]
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Gijón puede ser muchas cosas menos una ciudad peligrosa. Y si con ese adjetivo se le puede etiquetar a la vida en la localidad más poblada de Asturias sería en todo caso por los lodos en forma de desempleo que trajeron los barros de la reconversión industrial.
Gijón es hoy una ciudad tranquila que vive bajo el Nivel de Alerta Terrorista 4 —riesgo alto sobre un total de 5, mantenido en territorio español desde junio de 2015— un partido importante de fútbol.
Y no solo porque España se juega buena parte del billete al próximo mundial hoy en El Molinón. Sino porque lo hace frente a Israel.
«Haga como yo, no se meta en política»
El partido está declarado de alto riesgo, pero eso es casi lo de menos. La Federación, vía petición expresa del seleccionador Julen Lopetegi, solicitó que Gijón fuera la sede para este España-Israel. Claro que lo que no sabían en los despachos del fútbol español es que el ayuntamiento de la ciudad aprobó en enero del año pasado una declaración institucional para designar a Gijón Espacio Libre de Apartheid Israelí» y para estimular la cooperación con el movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) al estado de Israel por su ocupación de territorios palestinos.
¿Mala idea? «La idea del partido no nos parece mal, que juegue aquí la selección española está bien. Otra cosa es el adversario. La selección israelí, como la española y todas, representa a un Estado«, nos dice Ángel Alonso, miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe y uno de los portavoces de la plataforma, integrada por 16 organizaciones sociales, Tarjeta Roja a Israel.
«Y ese es un Estado, el israelí, que ha sido condenado por Amnistía Internacional o Human Rights Watch por vulnerar los Derechos Humanos del pueblo palestino y someterles a un régimen de apartheid», argumenta.
¿Politizar el fútbol?
«Es que la convivencia humana es política», responde Alonso. «Los problemas políticos se tratan mediante la acción política, y si nos remontamos a su origen, el deporte nace íntimamente ligado a las polis, las ciudades-estado griegas. Es decir, a la organización política de la sociedad. Con respecto a esto, solo hay que recordar aquella máxima de Franco: ‘haga como yo, no se meta en política’«.
Sobre si se trata de una mancha a la ‘marca Gijón’, en Tarjeta Roja a Israel lo tienen claro. «La dignidad de una ciudad se demuestra defendiendo derechos, no contratos. ¿Qué diríamos si a los chavales del barrio de El Llano o a una de nuestras estrellas del Sporting les tirasen gas mostaza? ¿Qué diríamos si a Nacho Cases y al resto del equipo no le dejasen viajar a Barcelona para jugar?«, se pregunta Alonso evocando los bloqueos en Gaza y Cisjordania.
Minutos 17 y 48
La seguridad, como cada vez que un equipo o la selección israelí juega —fuera o dentro de su propio estado—, es extraordinaria.
Un helicóptero sobrevuela el Bal, el hotel spa de 5 estrellas en Quintueles, a diez minutos del centro de Gijón, donde se hospedan los futbolistas. La selección hebrea estará rodeada de varios perímetros de seguridad en todo momento. Se vigilarán especialmente la estación de trenes y la de autobuses y depósitos de combustible. La Unidad de Subsuelo inspecciona las alcantarillas y las cercanías de El Molinón. La Guardia Civil los trayectos desde los hoteles de concentración hasta la ciudad. Allí, se coordinan con la Unidad Canina, la Brigada de Información, la Unidad de Prevención y Reacción, la Unidad de Intervención Policial -antidisturbios-, la Policía Nacional, la Local y, por supuesto, el servicio de inteligencia israelí, el Mosad. El embajador en España, Daniel Kutner, tiene previsto estar en el estadio.
¿Presiones? Desde la plataforma aseguran estar recibiendo, aunque no quieren darle mayor importancia, ya que «son las esperadas». Alonso recuerda que «esta es una ciudad con una capacidad de solidaridad increíble. Una ciudad que dejó muchísimas víctimas del fascismo y del nazismo y en la que tenemos orgullosos un monumento a las víctimas del campo de concentración de Mauthausen. Nadie puede dar lecciones de tolerancia a la ciudadanía de Gijón».
La plataforma tratará expresamente de evitar, aseguran, «cualquier tipo de provocación». Tambien su «rechazo a toda posición racista, xenófoba, sexista, violenta o fascista» en general y en concreto en los actos que acompañarán el que es posiblemente el partido más politizado que ha jugado la selección española en los últimos años.
Además de los carteles que ya hay en paredes de la ciudad, está convocada una concentración a las 19:00 bajo el lema «Ayer Sudáfrica, hoy Israel». Esta se convertirá en una marcha que recorrerá el paseo de la playa de San Lorenzo hasta llegar a 300 metros de El Molinón, el máximo de distancia al que podrá la marcha acercarse al estadio por motivos de seguridad.
Una vez allí se repartirán cartulinas con tarjetas rojas para mostrarlas en momentos muy simbólicos del partido.
En el minuto 17, por 1917, cuando Gran Bretaña prometió a la Federación Sionista, encabezada por Lord Rothschild un Estado en la tierra de Palestina a través de la Declaración Balfour.
Y en el 48, para conmemorar el año de la Nakba o Día de la Catástrofe, cuando 750.000 palestinos fueron arrancados de sus hogares para la fundación del estado de Israel.
Imágenes de la manifestación, con 3.000 asistentes según los organizadores.
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