[:es]»¿La FIFA va a liberar a nuestros hijos?»: Asociaciones de fútbol internacionales discuten sobre la ocupación israelí antes del Mundial[:]
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Julie Pronier. Mondoweiss.
Hoy, 10 de Junio, representantes de asociaciones de fútbol de todo el mundo se reunirán en São Paulo, Brasil, con ocasión del 64 congreso de la FIFA. Durante el congreso del año pasado, el presidente de la FIFA Sepp Blatter recibió un mandato: solucionar el conflicto entre las asociaciones palestina e israelí sobre las restricciones al movimiento de los futbolistas palestinos.
«Es un asunto difícil y el Sr. Blatter está haciendo todo lo posible para solucionarlo. No me cabe duda de ello» dice Susan Shalabi, directora del Departamento Internacional de la Federación Palestina de Fútbol (PFA, en sus siglas en inglés). La PFA ahora está considerando pedir la expulsión de Israel de la FIFA como sanción en el caso de que Blatter informe que no ha podido cumplir su mandato.
La restricción al movimiento es el único tema que la PFA ha podido poner sobre la mesa en un compromiso con la Asociación de Fútbol de Israel (IFA, en sus siglas en inglés). Para Shalabi, el grupo de trabajo que se creó el año pasado para resolver el asunto está actuando como “una cirugía estética para la horrible cara de la ocupación”.
Para las familias de Adam Abd al-Raouf Halabiya y Johar Halabiya, dos jugadores de fútbol que fueron disparados a principios de año y se encuentran en espera de juicio tras cuarenta días encarcelados bajo detención administrativa, la cuestión de la expulsión de Israel de la FIFA es secundaria: sus hijos seguramente continuarán en la cárcel pase lo que pase.
Una reproducción de las negociaciones de paz entre Palestina e Israel
Durante el congreso del año pasado, la PFA solicitó la imposición de medidas contra las violaciones por parte de Israel de los derechos de los jugadores de fútbol palestinos: restricción a su libertad de movimiento, restricción a la construcción de instalaciones, la detención de materiales en aduana – incluyendo envíos de la propia FIFA –y la detención, asesinato y disparos contra futbolistas palestinos.
Un grupo de trabajo israelo-palestino se creó para solucionar estos temas. Sin embargo, la discusión se redujo a la libertad de movimiento. Shalabi lo explica de esta manera, «fue una especie de compromiso que tuvimos que hacer en nombre de la buena voluntad (…). Pensamos que si teníamos éxito en este tema, habría esperanza para el resto».
También se estableció un enlace directo entre las administraciones israelíes y palestinas para resolver el asunto. La Administración Civil Palestina está coordinándose con la COGAT, Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios. El COGAT es un cuerpo militar. «Ellos sólo siguen al Ministerio de Defensa de Israel. Nadie puede controlarlos, son totalmente libres, tienen sus propias normas. Ellos deciden sus propias políticas y las políticas que deciden son las políticas de la ocupación (…)», explica Shalabi, «la administración civil en Israel no se cuestiona esto. A veces tenemos la impresión de que no se atreven a cuestionarlo».
Blatter ha finalizado recientemente una gira por Israel, Cisjordania y Jordania. En declaraciones tras su visita afirmó: «Aunque todavía queda trabajo por hacer, hay algunos resultados que podemos aprovechar. Estoy seguro de que el fútbol ayudará a construir puentes entre los pueblos de Palestina e Israel».
Sin embargo, los resultados que Blatter mencionaba no tienen efecto obvio sobre el terreno. Para la celebración en mayo del segundo Torneo Internacional al-Nakba, en diferentes lugares de Cisjordania, estaba previsto que asistieran equipos de Pakistán, Irak, Sri Lanka y Jordania. Sin embargo Israel prohibió la entrada al equipo iraquí, al primer entrenador de Pakistán y algunos de los jugadores jordanos. «¿Qué equipo, dime, qué equipo internacional aceptaría esto? ¿Jugar sin su primer entrenador?”, pregunta Shalabi. Y añade, «además Jordania tiene un tratado de paz con Israel, ¡así que no hay razones de seguridad!».
Esta semana, Israel prohibió al subsecretario general de la PFA, Mohammad Ammassi, viajar al congreso de la FIFA desde Gaza. En una declaración, la PFA afirmaba que, «las autoridades israelíes no tienen nada en su contra, lo que convierte este rechazo en una medida temperamental y arbitraria que no contribuye a encontrar una solución a la situación del fútbol palestino».
Durante la última visita de Sepp Blatter, la PFA solicitó la imposición de sanciones contra Israel si no cumple con los estatutos de la FIFA. Según el artículo 3 de los estatutos:
Está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas por cuestiones de raza, color de piel, su origen étnico, nacional o social, sexo, lengua, religión, posicionamiento político o de cualquier otra índole, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o procedencia, orientación sexual o por cualquier otra razón, y será punible con suspensión o exclusión.
Irónicamente, el gobierno israelí recurrió a este mismo artículo en Marzo de este año para solicitar la expulsión de Rusia de la FIFA por su «ocupación militar de la Ucrania soberana». La solicitud no era totalmente sincera: si Rusia era expulsada del Mundial de 2014 en Brasil, el equipo que la reemplazaría sería Israel.
Por todo ello, la tarea de Sepp Blatter parece imposible: “Cuando Blatter vino aquí, nuestros líderes políticos le presentaron garantías. Fue a Israel y no encontró nada: ellos incluso se negaron a decir la palabra Palestina”, afirma Shalabi.
Expulsar a Israel de la FIFA: «¿En qué nos beneficiará a nosotros?»
El 8 de junio Adam Abd al-Raouf Halabiya celebraba su 18 cumpleaños en detención administrativa. Además debería haber realizado sus exámenes finales del instituto esa semana para estudiar deportes. Su primo, Johar Halabiyeh, y él, formaban parte de la selección nacional de fútbol palestina. A principios de año, el 31 de enero, los dos fueron disparados cerca de la base militar situada sobre Abu Dis, a lo largo del Muro que separa Jerusalén.
Como recordó Nasser, el padre de Johar, los dos chicos estaban volviendo de su entrenamiento en al-Ram, cerca de Ramallah, y se dirigían a la casa de un amigo a cien metros de la base militar. Uno de ellos presuntamente encendió un cigarrillo y, en ese instante, los soldados comenzaron a disparar: pensaron que estaba encendiendo una bomba. Según los testimonios no se encontró ninguna bomba –tampoco detonadores como los militares afirmaron después–, y ninguno de los dos jóvenes llevaban guantes ni máscaras como suele ser habitual en esos casos, pero los soldados mantuvieron su declaración.
Halabiya recibió tres disparos en las piernas y Halabiyeh once –diez en las piernas y uno en su mano izquierda–. Tras soltarles a los perros y golpearles con la culata de sus armas, un soldado puso su pie en la pierna de Halabiya y tiró de él hacia atrás, hacia la cabeza, rompiéndolo. Después arrastraron a los dos jóvenes hacia el campamento antes de trasladarlos al hospital Hadassah en Jerusalén una hora más tarde.
Les esposaron a las camas del hospital y se les prohibió ver a sus madres después del primer día de hospitalización, a pesar de tener permiso para ello. Fueron liberados cuatro días más tarde. Gracias a un acuerdo entre Jibril Rajoub, presidente de la Federación de Fútbol de Palestina, y las autoridades jordanas, fueron trasladados durante unas dos semanas a Jordania para recibir tratamiento. Cuando cruzaron la frontera a su vuelta, fueron arrestados en Cisjordania por las autoridades israelíes y desde entonces están retenidos bajo detención administrativa. Ahora están a la espera del juicio.
Esto no es una historia aislada. En marzo, el estudiante y futbolista Saji Darwish, de 18 años, fue asesinado de un disparo por un francotirador israelí junto al checkpoint de Beitin, cerca de Ramallah. Una portavoz del ejército israelí informó que estaba participando en un lanzamiento de piedras contra el checkpoint. «Algunas personas dicen que iba a ver a sus compañeros del club, pero lo más probable es que estuviera trayendo de vuelta a casa el rebaño de ovejas que tiene», declara Shalabi, «sea como fuere, estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado y el francotirador le disparó. No se permitió a la ambulancia ir a recogerle y murió en el camino. Imaginemos que estuviera tirando piedras, ¿es motivo suficiente para dispararle?».
Según Shalabi, estos jóvenes no fueron atacados porque eran futbolistas sino porque son palestinos. Para ella esto debería ser sancionado. «No estamos aquí por venganza ni para castigar a nadie, sólo queremos disfrutar de los derechos que todo el mundo disfruta. Incluidos los israelíes. No queremos que sufran lo que están pasando nuestros jugadores».
En opinión de Shalabi, permitir a los palestinos jugar libremente debería ser una cuestión de seguridad para las autoridades israelíes: «Uno de los propósitos de establecer una buena estructura deportiva es dar esperanza a estos jóvenes. E Israel no está ayudando. Cuando disparan a esta gente, cuando restringen su libertad de movimiento, ¿qué alternativa le queda al pueblo palestino? Ellos son los que ponen trabas a su propia seguridad».
Lana, la madre de Halabiya, metió a su hijo en el fútbol cuando llegó con su marido de Abu Dabi. Era una manera de mantenerlo activo y fuera de problemas. Nasser, el padre de Johar, era futbolista en el equipo de Abu Dis, y después gerente del equipo de la ciudad en el que Johar y su hermano pequeño jugaban. Para él, expulsar a Israel de la FIFA o no no es el problema: «Necesito a mi hijo aquí. ¿Qué pasa si expulsan a Israel de la FIFA? ¿En qué nos beneficiará? ¿Acaso la FIFA liberará a nuestros hijos?»
Julie Pronier es periodista y fotógrafa freelance francesa actualmente en Ramallah.
Fuente: ‘Will FIFA free our sons?’: International football associations discuss the Israeli occupation ahead of the World Cup, Julie Pronier, Mondoweiss, 10/06/2014.
Traducción: rescop.org.[:]
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